lunes, 9 de mayo de 2016

ROJO SOBRE BLANCO

 "En la eternidad, donde no existe el tiempo, nada puede crecer, nada puede llegar a ser, nada cambia. Por eso la muerte creó el tiempo, para cultivar las cosas que matará". - Rust Colhe -     

Todo empezó con una chispa. Poco a poco creó esa fogata conocida como la llama del amor. Poco a poco fue quemándome por dentro. Y ahora sales tú, para iluminar esta negrura. Pero tu brillo no es de esperanza. Tu fulgor es el mismo que el de la plata de mi navaja. El chirrido de los grillos va contando el tiempo. El verde intenso del bosque ahora cada vez tiene un tono más oscuro. El aire se ha levantado robando el calor a nuestra sangre.

Sales para destaparme los ojos. Me has mostrado que mi hado no era morir entre sus brazos. Tampoco lo era casarme. Mi destino era el de ser blanca. Pero no ese blanco del azahar, más bien el mismo que el tuyo, luna, un blanco pálido y tétrico. ¡Qué mejor sinónimo para la muerte que vos! Al fin entiendo que el único sino eras tú, perecimiento de mi vida. 


No llores más. Por fin he salido. ¿Ya sientes su cuchillo acariciando tu garganta? Ella si que siente tu navaja rozando su delicado cuello. Si por sentir siente como se derramará su sangre. 

No llores más. Ya nadie te podrá quitar tu níveo. Nadie podrá decir que no eres como el azahar. Mas yo haré que tu flor se seque. Pintaré, sobre el blanco de uno de tus pétalos, con un rojo intenso. Pararé el río ahogando al caballo que tanto amaste. Y sobre el agua estancada reflejare el cielo negro con sus luceros amarillos, que no son más que estrellas muertas. Porque el cielo tan solo es un cementerio más, al igual que esta tierra lo es de tu cuerpo.

No llores más.
Todo estaba escrito. 
Estaba escrito que yo sería
tu corona de espinas. 

  

 Elioth Campos

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