Ayer, 10 de enero de 2016, falleció David Bowie, uno de los artistas más conocidos e influyentes de la historia de la música. Por muchos nombres era conocido, quizá el más famoso sea "el camaleón". Este apodo se debe a los continuos cambios en su estética y a la constante evolución de su estilo musical.
Su gran voz y su inmensurable talento le valieron la fama y el éxito que fue cosechando desde los años setenta. Fue uno de los músicos más innovadores del pop-rock, a los que añadía elementos de jazz, blues y soul. Sus discos y canciones se han convertido en auténticos hitos del mundo musical. La importancia de su figura se refleja en la gran cantidad de artistas a los que ha inspirado y en el legado que ha ido dejando a lo largo de los años.
Era un multiinstrumentista capaz de tocar diversos instrumentos, como la guitarra, el piano, el saxofón, la batería, la armónica o el violonchelo. Además de su carrera musical, también fue actor, poeta, diseñador gráfico... un artista en toda regla. Siempre aclamado por el público y por la crítica, y con más de 150 millones de discos vendidos en todo el mundo, es uno de los músicos más exitosos y reconocidos de la música popular.
Tras más de cuatro décadas de carrera, el cantante británico ha muerto en paz y rodeado de su familia a los 69 años de edad, después de una lucha de año y medio contra el cáncer que invadía su cuerpo y que finalmente ha acabado con su vida. El mundo despide hoy a una leyenda de la música y del arte en general. Desde aquí le doy las gracias por todo lo que nos ha ofrecido, y solo espero que la majestuosidad de su obra perdure por muchos años más.
Mientras escribo esta entrada, escucho su disco de culto The rise and fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, la obra que lo lanzó a la fama mundial. A continuación incluyo algunas canciones que componen este disco: Starman y Ziggy Stardust; y la canción que compuso junto con el grupo británico Queen, Under Pressure.
Miguel Marco Martín
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