Quizás sigamos caminos opuestos. Quizás sea el principio del final. Pero esto siempre quedará aquí. Para que de vez en cuando volvamos y quitemos el polvo a nuestros recuerdos. Sentir que nunca nos hemos ido y que siempre estaremos unidos. Porque fue aquí donde jugamos a lo que nos dio la gana. A ser críticos de cine, música y libros. A ser una banda. A ser un director. Al fin y al cabo, a ser escritores. Y esto no nos lo quitará nadie. Las ganas que teníamos que poner para no distraernos en los trabajos. Mil y una horas para grabar un audio. Meriendas que parecían una cena. Partidas de trivial. Todo esto es la parte que solo sabemos nosotros.
Gracias a esto hemos conseguido nuestro propio rincón de recuerdos. Algo que muestra las muchas estupideces que hacemos. Que al final son las que quedan en la memoria grabadas a fuego.
Las que no se borrarán nunca.
Las que al ver una foto de tu adolescencia te haga decir esos son mis amigos y esto ocurría cuando estábamos juntos.
Las que nos hacen decir volvamos a nacer.
Las que nos hacen decir volvamos a nacer.
Las que nos obligan a decir esto es lo que nos mantiene unidos.
El Rincón de Pinche